Aquellos conductores que deban someterse al reconocimiento médico para obtener o renovar el carnet de conducir ya van a tener que hacerlo siguiendo el nuevo protocolo aprobado por la DGT.
Todos los conductores que desean obtener por primera vez el carnet de conducir o que tienen que renovarlo deben hacerse un reconocimiento médico que sigue un protocolo establecido por la Dirección General de Tráfico (DGT). Es el denominado psicotécnico que se realiza en los Centros de Reconocimiento de Conductores (CRC); si quieres saber dónde están los Centros de Reconocimiento de Conductores autorizados por la DGT accede a este enlace.
Se trata de un examen que realizan médicos, psicólogos y oftalmólogos, siguiendo un
protocolo, para saber si el riesgo vial del conductor que padece una alteración o una enfermedad es asumible y si se pueden tomar medidas preventivas para solucionarlo. Para ello, utilizan la historia clínica del conductor, realizan una exploración psicofísica del mismo y, a la vez, utilizan informes externos aportados por el conductor sobre su tratamiento y control.
Un normativa que está recogida en el nuevo protocolo de exploración médico-psicológica para los Centros de Reconocimiento de Conductores elaborado por la DGT y que, desde hace apenas unos meses (desde verano de 2022), sustituye al del año 2007.
Según se indica en la Revista Tráfico Seguridad y Seguridad Vial, este reglamento sirve para «unificar y armonizar los criterios seguidos en la evolución de los conductores», y pretende «dar un nuevo enfoque centrado en facilitar la labor de cribado, ofrecer criterios y puntos de corte para simplificar la toma de decisiones sobre la aptitud y potenciar la intervención preventiva del Centro de Reconocimiento de Conductores trabajando el consejo preventivo».
En qué cambia el reconocimiento médico
Enrique Mirabet, médico de un Centro de Reconocimiento de Conductores, asegura que se trata de mejorar los criterios y herramientas que se utilizan en los CRC, «unificando los principios que deben regir la valoración de las aptitudes psicofísicas de los conductores. Los avances médicos y de la ingeniería del automóvil hacen que los criterios de riesgo vial varíen, permitiendo una conducción más segura en situaciones de salud que, antes, presentaban problemas para considerar que el riesgo era asumible».
En esta misma línea, Charo Sanz, psicóloga en un Centro de Reconocimiento de Conductores, indica que «es importante que la evaluación que hacen los centros en relación con las revisiones de conductores evolucionen de la misma forma que el entramado vial».
Por lo tanto, en la actualización del
protocolo sobre el reconocimiento médico se han tenido en cuenta las recomendaciones de los especialistas, de expertos de la Unión Europea y protocolos de países punteros, puesto que la medicina ha avanzado desde 2007; fecha en la que se elaboro el protocolo que permanecía vigente hasta ahora.
Para Mirabet, este
protocolo «cambia el significado del procedimiento de valoración, dándole un sentido mucho más preventivo, dirigido a la concienciación y sensibilización del riesgo vial». Al diferenciar capacidad y condición médica «se valora en base a la exposición al riesgo. Es decir, se evalúa el riesgo atendiendo a las características como conductor (para qué, cuánto y cuándo conduce)».
Nuevo objetivo: concienciar a los conductores
El protocolo explica todos los procedimientos que tienen que seguir los Centros de Reconocimiento de Conductores (si quieres leerlo accede a este enlace) para evaluar a las personas que quieran sacarse el carnet de conducir o necesiten renovarlo: anamnesis general (es el conjunto de datos que se recogen en la historia clínica de un paciente con un objetivo diagnóstico), observación (aspecto físico, forma de caminar, etc.), percepción del riesgo, recogida de datos personales, exploración básica (visión, audición, cardiovascular, psicológica…).
Además de modelos para realizar la historia clínica,
el protocolo también establece fórmulas para calcular índices, puntos de corte para criterios (por ejemplo, la agudeza visual en función del permiso al que aspire) e, incluso, el uso de códigos de restricción en función de la discapacidad.
Así mismo, el protocolo hace hincapié en las adaptaciones que se pueden incorporar a un vehículo, prótesis y elementos de ayuda para que se pueda conducir a pesar de las limitaciones o deficiencias del conductor, ya sean temporales (debido a una lesión) o permanentes. Por ejemplo, una pérdida de audición se puede compensar con espejos retrovisores suplementarios.
También se pueden llevar a cabo limitaciones en la conducción; por ejemplo, limitar la conducción nocturna o a una serie de kilómetros alrededor del domicilio.
Enrique Mirabet, médico de un Centro de Reconocimiento de Conductores, explica: «En caso de presbicia con buena agudeza visual de lejos, el conductor no tiene obligación de conducir con corrección óptica (gafas o lentillas), pero se aconseja valorar, consultando con el óptico u oftalmólogo, el uso de lentes progresivas para tener una buena lectura de la información que ofrecen velocímetro, GPS…».
Divulgación: Club Autoescuelas
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Información sobre Cursos DGT de Recuperación de puntos y del carnet de conducir en:
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